El cielo es eterno y la Tierra, permanente.
Son permanentes y eternos,
porque no viven para sí mismos.
Así, pueden vivir eternamente.
El Sabio, por lo mismo,
pospone su Yo,
y su Yo progresa.
Se desprende de su Yo,
y su Yo se conserva.
Como no quiere nada personal,
su persona se realiza.
¿No es así?
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo VII
martes, 19 de junio de 2007
Publicadas por ani. a la/s 6:51 p. m.
Etiquetas: capítulo VII, versión de Richard Wilhelm
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