Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XII

jueves, 23 de agosto de 2007

Los cinco colores hacen
que el ojo del hombre se enceguezca.
Los cinco sonidos hacen
que el oído del hombre se ensordezca.
Los cinco sabores hacen
que el paladar del hombre se estropee.
La competencia y la cacería hacen
que el hombre se embrutezca.
Aquello que embota los sentimientos del hombre
lo hace realizar esfuerzos nocivos.
Pero aquél que es Sabio
lo es por el vientre y no por el ojo.
Así, rechaza lo último
y persiste en lo primero.

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