El que está en puntas de pie, no está firme.
El que camina a grandes zancadas no irá muy lejos.
El que se exhibe no es luminoso.
El que se celebra pasará inadvertido.
El que se exalta a sí mismo no es excelso.
Éstos, comparados con el Tao,
son como “exceso en el alimento y desenfreno en la acción”,
hechos que repugnan a todos.
Por lo tanto, quien posee el Tao los ignora.
Nota: en las primeras 5 líneas, el texto muestra reminiscencia del I Ching: “Si la fuerza reside en los dedos de los pies se puede avanzar, pero mal” y luego “Tiene méritos y no lo demuestra: es la cima de la grandeza del alma”
Comentario (resumen)
En puntas de pie pareces más alto; saltando parece que llegas más rápido. Simulación y apariencia, ficciones del exceso. Queremos ser como los personajes que vemos, pertenecer a ciertos grupos, ser adinerados, estar a la moda: así no nos llenamos nunca de lo propio, nos alejamos cada vez más de lo que somos. Siendo auténticos tal vez nos quedemos solos y nadie nos comprenda, y pensar esto nos paraliza. Entonces optamos por parecer antes que ser.
Para ser auténticos, debemos empezar a pensar por nuestra cuenta, hacernos cargo y evaluar a qué normas deseamos adherir y a cuáles no. Decir sí a lo que queremos y elegimos.
Si la sociedad o el prójimo buscan imponerse, debemos fluir sin chocar; eliminar apariencias es un medio para pensar lo nuestro y mantener la armonía.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo XXIV - J. Cruz
sábado, 11 de julio de 2009
Publicadas por ani. a la/s 7:27 p. m.
Etiquetas: capítulo XXIV, versión de J. Cruz/J. Fernández Oviedo
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