El Tao es como una taza vacía que,
al usarse,
nunca se puede llenar.
Insondable,
parece ser el origen de todas las cosas.
Embota las aristas afiladas,
deshace los enredos,
armoniza todas las luces,
une al mundo en un todo.
Oculto en las profundidades,
parece existir eternamente.
Ignoro de quién es hijo;
parece ser el antepasado común a todos,
el padre de las cosas.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo IV - A. Colodrón
martes, 29 de diciembre de 2009
Publicadas por ani. a la/s 8:31 p. m.
Etiquetas: capítulo IV, versión de A. Colodrón
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2 comentarios:
gracias ani por esta util realizacion para todos nosotros. que la inutilidad te colme! fede.
por nada, Federico, gracias a quienes le dan sentido visitándolo :)
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