El hombre de bondad superior es como el agua.
El agua en su quietud favorece a todas las cosas,
ocupa el lugar despreciado por los hombres,
y así está cerca del Tao.
Su lugar es favorable; su corazón, sereno;
su don, del agrado del cielo; su palabra, leal;
su gobierno, en orden; en sus empresas, capaz;
sus movimientos, oportunos.
Sólo la falta de quietud impide la superación.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo VIII - J. I. Preciado (texto Mawangdui)
jueves, 30 de diciembre de 2010
Publicadas por ani. a la/s 6:00 p. m.
Etiquetas: capítulo VIII, versión de J. I. Preciado
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario