Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XXVII - Gómez, Álvarez, García Noblejas

domingo, 5 de diciembre de 2010

El buen caminante no deja huellas.
El buen orador no comete errores.
Quien sabe calcular no necesita ábaco.
El que sabe cerrar no hace uso de candado ni llave,
y sin embargo, nadie puede abrir lo que ha cerrado.
El que sabe atar no precisa cuerdas ni nudos
y sin embargo, es imposible desatar lo que ha atado.

El sabio siempre sabe cómo salvar a las personas,
por eso para él no existen hombres reprobables.
Sabe cuidar de todas las cosas,
por eso no desecha nada.
Diríase que sigue su propio entendimiento.

¿Qué es un hombre bueno?
Es un maestro incapaz de enseñar.
¿Qué es un hombre no bueno?
Es la materia de un hombre bueno.
Quien no aprecia a su maestro,
quien no ama a su materia,
aunque cumpla sus funciones perderá el tiempo.
Ésa es la clave del misterio.

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