Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XIII - A. Colodrón

jueves, 14 de abril de 2011

"Acoge la desgracia como agradable sorpresa, y estima la calamidad como a tu propio cuerpo."
¿Por qué debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa"?
Porque un estado humilde es un favor: caer en él es una agradable sorpresa,
¡y también lo es el remontarlo!
Por ello, debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa".
¿Por qué debemos "estimar la calamidad como a nuestro propio cuerpo"?
Porque nuestro cuerpo es la fuente misma de nuestras calamidades.
Si no tuviéramos cuerpo, ¿qué desgracias nos podrían suceder?
Así pues, sólo quien está dispuesto a entregar su cuerpo para salvar al mundo
merece que se le confíe el mundo.
Sólo aquel que pueda hacerlo con amor
es merecedor de ser administrador del mundo.

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