Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XIV- C. Elorduy (s/texto de Wang Bi)

viernes, 15 de abril de 2011

Transcendecia e imperceptibilidad del Tao

Se le llama invisible, porque los ojos no le pueden ver;
imperceptible, porque los oídos no le pueden oír;
impalpable, porque no se le puede atrapar.
Estos tres son inescrutables, por eso se confunden en uno solo.
En lo alto no es luminoso, en lo bajo no es oscuro.
Porque es infinito, no se le puede nombrar.
Retornado a su no ser, es la forma sin forma, la figura sin figura.
Confuso [«claro-oscuro»], de frente, no le ves la cabeza;
por detrás, no le ves las espaldas.
Tomados [cotejados] el Tao antiguo y los seres actuales,
se conoce que el primitivo origen es el desmadejamiento del Tao.

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