Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo IV

lunes, 23 de abril de 2007

Sin origen

El camino está vacío,
se usa pero no se agota.
Sí, profundo, ancestral,
para las diez mil cosas.

Borde que se mella,
vínculo que se desata,
luz que se apaga,
el camino es el polvo del camino.

Callado,
sí, y probablemente perdurará.
¿Hijo de quién?
Nacido antes de los dioses.

Nota: Todo lo que dice Lao Tse es escurridizo. Tenemos la tentación de aferrarnos a algo tangible en la simplicidad interminablemente engañosa de las palabras. Hasta algunos de sus mejores traductores académicos se centra en los valores positivos éticos o políticos del texto, como si fueran éstos los que en él tienen importancia. Y por supuesto que la religión llamada taoísmo está llena de dioses, santos, milagros, plegarias, reglas, métodos para asegurar las riquezas, el poder, la longevidad, y así sucesivamente: todo aquello de lo que Lao Tse dice que nos aparta del Camino.
En pasajes como éste, creo que la profunda modestia del lenguaje es lo que ofrece eso que tanta gente a lo largo de los siglos ha encontrado en este libro: la aprehensión pura del misterio del que formamos parte.

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