Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XVIII - J. Cruz

jueves, 21 de febrero de 2008

Al declinar el gran Tao, surgen la rectitud y la moralidad.
Cuando nacen el conocimiento y la astucia, aparecen los grandes hipócritas.
Cuando las relaciones familiares no son armoniosas,
aparecen la “piedad filial” y el “amor”.
Cuando la confusión y el desorden reinan en los pueblos, se habla de patriotismo.
Sólo donde está el Tao reina el equilibrio.
Cuando el Tao se pierde, todo deviene falso.

Nota: este texto insiste sobre el hecho de que las virtudes confucianas, que antes eran espontáneas y no conscientes, han sido luego impuestas a la familia y la sociedad.

Comentario (resumen)

Se habla aquí de declinación, decadencia que llega por la adhesión a normas sociales impuestas, que no constituyen la propia vida sino un modelo externo con el cual debemos manejarnos y al cual debemos someternos. Lao Tse, en cambio, nos dice que no debemos nada a nadie, que podemos elegir de acuerdo al compromiso único que tenemos con nosotros mismos, propone fluir, elegir pero no desde el conocimiento separador sino desde el pensamiento unificador; fluir libremente por la vida, sin imponer nuestras normas a los demás forzadamente, para vivir en armonía.

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