Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XXIII - Gómez, Álvarez, García Noblejas

miércoles, 14 de enero de 2009

Ser parco con las palabras
es lo natural.
Una ráfaga de aire no dura toda una mañana.
Ni un aguacero torrencial todo el día.
¿Quién los origina?
El Cielo y la Tierra.
Si ni siquiera el Cielo y la Tierra
consiguen algo permanente,
¿cómo podría lograrlo el ser humano?

El hombre que experimenta el Tao
se hace uno con el Tao.
El virtuoso
experimenta la virtud.
El perdedor
se conforma con la pérdida.
Si te haces uno con el Tao,
el Tao te dará la bienvenida.
Si experimentas la virtud,
la virtud te acogerá.
Si aceptas la pérdida,
te identificas con ella.

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