Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XXIII - J. Cruz

jueves, 22 de enero de 2009

Ser parco de palabras es lo natural.
Una tormenta no dura toda una mañana.
Una lluvia torrencial no dura un día entero.
¿De dónde provienen estas cosas?
Del cielo y de la tierra.
Si el cielo y la tierra no pueden hacer que estos cambios duren eternamente,
¡mucho menos el hombre!

Quien sigue el camino del Tao, se identifica con el Tao.
Quien tiene virtud, se identifica con la virtud.
Quien se abandona, se identifica con el abandono.

Por eso, quien se identifica con el Tao recibe la bienvenida del Tao.
Y quien se identifica con la virtud, recibe la bienvenida de la virtud.
Y quien se identifica con el abandono, recibe la bienvenida del abandono.

Que no pida fe a los demás quien no tiene fe.


Comentario (resumen)

Este capítulo rescata nuevamente a la naturaleza como modelo de conducta equilibrada. Los procesos naturales son graduales y perduran cierto tiempo, no hay exceso en la naturaleza. Si la lluvia fuera violenta y durara por siempre, la armonía desparecería. En relación al ámbito humano, Lao Tse nos muestra que el exceso constante distorsiona el equilibrio. Lo natural es no permanecer en el exceso. Lo óptimo es identificarse con el movimiento vital de la naturaleza; quien se identifica con ella recibe la bienvenida de la vida.

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