Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XXIV - Gómez, Álvarez, García Noblejas

lunes, 23 de febrero de 2009

Quien se pone de puntillas
no puede mantenerse quieto.
Quien anda a saltos
no camina con regularidad.
Quien quiere ser brillante
no llama la atención.
Quien se considera a sí mismo perfecto
no tiene nada de ilustre.
Quien presume
no tiene méritos.
El que se glorifica
no sobresale.

Para los seguidores del Tao,
esos innecesarios excesos
son como un exceso de comida o inútiles excrecencias.
Perseguirlos no aporta dicha duradera.
Por eso, quien sigue el camino se aparta de ellos.

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