El Cielo es eterno, y la Tierra permanece.
¿Cuál es el secreto de su eterna duración?
¿Acaso no viven eternamente porque no viven para sí mismos?
Por eso, el Sabio prefiere permanecer detrás,
mas se encuentra al frente de los demás.
Se desprende de sí mismo,
mas a sí mismo se encuentra a salvo y seguro.
¿Acaso no es por ser desinteresado por lo que se realiza su Ser?
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo VII - A. Colodrón
lunes, 15 de febrero de 2010
Publicadas por ani. a la/s 3:02 p. m.
Etiquetas: capítulo VII, versión de A. Colodrón
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