Los cinco colores ciegan la vista.
Los cinco sonidos ensordecen los oídos.
Los cinco sabores estragan el gusto.
Las carreras y la caza enloquecen los corazones.
Los objetos costosos pierden al hombre.
En consecuencia, el sabio atiende a su estómago, no a sus ojos.
Deja aquello y toma esto.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo XII- C. Elorduy (s/texto de Wang Bi)
viernes, 7 de enero de 2011
Publicadas por ani. a la/s 10:00 a. m.
Etiquetas: capítulo XII, versión de C. Elorduy
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