Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XIV - J. I. Preciado (texto Mawangdui)

jueves, 14 de abril de 2011

Se lo mira y no se lo ve,
su nombre es lo invisible.
Se lo escucha y no se lo oye,
su nombre es lo inaudible.
Se lo palpa y no se lo siente,
su nombre es lo impalpable.
Los tres son indescifrables,
se confunden en el uno.
En el uno,
lo superior no es absurdo,
lo inferior no es confuso.
Es un proceso interminable,
que no admite nombre,
que retorna al no-ser de las cosas.
Es la forma que no tiene forma,
la figura incorpórea.
Es imperceptible vaguedad.
Cuando se le sigue no se ve su parte trasera,
cuando se le sale al encuentro no se ve su cabeza.
Asiendo el Tao de hoy,
se domina la realidad presente.
Conocer el origen primero,
es la clave del Tao.

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