Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XXVII - J. M. Tola

martes, 12 de abril de 2011

Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador no ofende a nadie.
Un buen contador no necesita instrumentos de cálculo.
Un buen guardián no utiliza cerrojos ni barrotes,sin embargo es imposible abrir lo que él cerró.
El que sabe atar no emplea ni cuerdas ni nudos, sin embargo es imposible desatar lo que él unió. Por esto, el Sabio siempre encuentra oportuno ayudar a los hombres
y no halla motivo para rechazar a persona alguna.
Esto es brillar esplendorosamente.
Luego, el hombre bueno es maestro del hombre malo.
Y el malo es la lección del bueno.
Y quien no aprecie a su maestro ni ame la lección,
aunque preparado, parecerá un necio.
En esto radica el secreto de lo Esencial.

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