Capítulo II

Es porque cada uno bajo el Cielo reconoce a la belleza como belleza, que existe la idea de la fealdad.
E igualmente, si cada uno reconociera a la virtud como virtud, esto crearía meramente nuevas concepciones de la maldad.
Pues verdaderamente “Ser y No-ser” crecen uno del otro;
Difícil y fácil se completan uno al otro.
Largo y corto se someten a prueba uno al otro;
Alto y bajo se determinan uno al otro.
Frente y detrás se dan secuencia uno al otro.
Por tanto, el Sabio confía en la actividad inmóvil,
Se ocupa de la enseñanza sin palabras,
Pero la miríada de criaturas es trabajada por él; él no las repudia.
Las educa, pero no les plantea reclamos,
Las controla, pero no se apoya en ellas,
Logra su objetivo, pero no llama la atención sobre lo que él hace;
Y por la misma razón de que no llama la atención sobre lo que él hace
No es expulsado del goce de lo que ha hecho.

Comentario (resumen)

…admitiendo el concepto de “bondad”, creas simultáneamente un concepto de “maldad”. Nada puede ser bueno excepto en relación con algo que es malo, así como nada puede estar “enfrente” excepto en relación con algo que está “detrás”. Por tanto, el Sabio evita toda acción positiva, trabajando sólo a través del “poder” de Tao, que es el único que “corta sin herir”, trascendiendo todas las antinomias.
El tipo de Sabio que según la verdadera manera taoísta “desapareció” después de su victoria es Fan Li (siglo V a.C.) quien, aunque se le ofreció la mitad del reino si retornaba triunfal con los ejércitos victoriosos de Yüeh, “entró en una barca ligera y no se tuvo más noticia de él”.