Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Comentario de José Miguel Tola (cont.)

lunes, 19 de marzo de 2007

Personalmente, el Tao me parece un libro fácil de leer. Es posible emplear tres o cuatro minutos, como la primera vez que lo hice. Cuando me preguntaron de qué se trataba, únicamente pude contestar: del Tao. Después, luego de varios años de leerlo, creo que podría contestar lo mismo, sólo que ahora me toma más tiempo, y siempre tengo la sensación de ser un buitre volando sobre un desierto, describiendo círculos sobre cada cadáver, cada palabra, con el presentimiento de haber llegado en el momento justo: el de la descomposición. Cuando pienso que estoy ya por descifrar el Tao, siempre encuentro que detrás está el Tao, y detrás el Tao; así infinitamente hasta no poder imaginarlo. Entonces es cuando recién creo haber vislumbrado algo de esa vacuidad de la profundidad, de “la profundidad no develada aún por el hombre”.
No creo que éste sea un libro para santones o nuevos profetas: no creo que se puedan estructurar fórmulas, escribir libros o adquirir enseñanza para llegar hasta el final o para poder empezar. Sinceramente creo que escapa de todo conocimiento y deja sólo abierto el camino a la espontánea intuición. Una intuición que va más allá de la necesidad del hombre de creer en alguna divinidad. Pero tampoco creo que aquéllos que han perdido a su dios puedan encontrar aquí un esquema para reemplazarlo. El Tao es un libro sin dios, sin mitología.
Este es, repito, un libro abierto. Queda una versión desnuda porque creo que lo que pesca un buen pescador difícilmente lo sabrá asar un aficionado. A algunos les parecerá un libro absolutamente incomprensible y a otros les abrirá “la puerta de todas las maravillas de este universo”. De cualquier forma, creo que leerlo puede contribuir en algo a nuestra alma, tal vez tanto como dejar de hacerlo.

Nota de ani: personalmente, es el mejor comentario que he leído sobre este libro.

1 comentarios:

diego dijo...

yo no se chino, esta claro, pero la versión de Tola es la que mas me cierra.