Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo III

martes, 10 de abril de 2007

Si cesamos de buscar “personas de moralidad superior” para ponerlas en el poder, no habrá más celos entre el pueblo. Si cesamos de hacer acopio de productos que son difíciles de conseguir, no habrá más ladrones. Si el pueblo no ve jamás cosas que exciten el deseo, sus corazones permanecerán plácidos e imperturbados. Por tanto, el Sabio gobierna
vaciando sus corazones
y llenando sus vientres,
debilitando su inteligencia
y endureciendo sus tendones.
Empeñándose siempre en hacer al pueblo sin conocimiento y sin deseo.
En verdad, él cuida que si hay alguien que tiene conocimiento, no ose interferir.
Empero, a través de su actividad inactiva regúlanse debidamente todas las cosas.

Comentario

Este capítulo es un cebo para los realistas (1). El autor demuestra que, como ellos, está en contra del surgimiento de hsien (personas de moral superior), está en contra del conocimiento, del comercio, del lujo, etc. Pero se desliza en wu-yu, en el no-deseo, y en wu-wei, en la no-actividad, es decir el gobierno a través de te (la virtud, el poder).

(1)El traductor define como “realistas” a la línea de pensamiento posterior a Mencio, que exaltaba la bondad fundamental de la naturaleza humana, y de los confucianos, cuyo énfasis se fundaba en la observación de la reglas como fundamento de un estado ordenado. Los realistas tenían por esencial el mantenimiento de las fronteras, la milicia como status más elevado en la escala social y luego la agricultura, y un vasto sistema de castigos ocupaba el lugar de cualquier apelación al sentimiento, la decencia o moralidad públicos.

N. de ani: evidentemente, esta versión se basa en una interpretación ampliamente política del texto.

0 comentarios: