No alabando al ilustre se mantiene al hombre alejado de la rivalidad.
No estimando lo valioso se mantiene al hombre alejado de la codicia.
No mostrando lo deseable se mantiene el corazón del hombre alejado de la confusión.
Por lo tanto el Sabio gobierna
vaciando el corazón del hombre y llenando su vientre,
debilitando su ambición y robusteciendo sus huesos.
Apartando al hombre del conocimiento y los deseos,
enseña así el que sabe a no obrar.
Cuando la práctica de la no acción se realiza
todos hallan paz en el vivir.
Y nada queda sin ser gobernado.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo III
miércoles, 11 de abril de 2007
Publicadas por ani. a la/s 4:23 p. m.
Etiquetas: capítulo III, versión de José M. Tola
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