El Tao es un recipiente hueco,
Cuanto más produce más difícil es de agotar.
Parece ser el manantial de donde brotan todas las cosas.
Y sin embargo, en su profundidad permanece eternamente.
Suavizando sus propias asperezas,
Ordenando sus enredos,
Moderando su resplandor,
Sumergiendo su propio estruendo.
Sin embargo, oscuro como las aguas parece seguir siendo.
Desconociendo de dónde proviene,
Asemeja al predecesor de todas las cosas.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo IV
miércoles, 25 de abril de 2007
Publicadas por ani. a la/s 8:36 a. m.
Etiquetas: capítulo IV, versión de José M. Tola
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