Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo VI

lunes, 4 de junio de 2007

El espíritu del valle no muere,
a saber, la hembra oscura.
El portal de la hembra oscura
es la raíz del Cielo y de la Tierra.
Perseverante, sin interrupción,
actúa sin agotarse.

Comentario (resumen)

Lie Tse cita este capítulo indicando que procede del libro del Emperador Amarillo.
El “Valle” es una expresión que aparece en varias ocasiones; cuando se emplea como aquí en sentido figurado, casi podemos equipararlo con la “materia”, considerada como la mera posibilidad de ser, aún sin forma e invisible. El “Espíritu” es el principio activo, formador. Casi podríamos traducir: el espíritu y la materia unidos, son eternos.
En relación con este capítulo, no hay que olvidar que en la China antigua, los espíritus (shen) se ubicaban con frecuencia cerca de las montañas, y se acostumbraba enterrar las ofrendas sacrificadas. Según investigaciones de Chavannes, en el siglo VII llegaron a fundirse las deidades del suelo (She) y de la cosecha (Tsi), formando la femenina divinidad terrestre (Ti); aquí se trasluce claramente el origen de este concepto, pero el hecho de que esté empleado en un sentido filosófico más profundo parece indicar que ya había un distanciamiento mayor de esas concepciones originales.

0 comentarios: