Capítulo X

Que tu cuerpo y el alma vital estén unidos
en un abrazo sin separación.
Que el aliento vital te vuelva tierno y fresco
como tierno y fresco es un niño recién nacido.

Purifícate alejando de ti las visiones demasiado profundas
para no gastarte inútilmente.
Amando a los demás, gobernando a tu pueblo,
aprende la sabiduría de la no-acción.
¿Puedes abrir y cerrar las puertas del cielo como una mujer?
Producir y cultivar, producir y no poseer,
producir y no almacenar, aumentar y no dominar.
Esta es la verdad secreta.
Conociéndolo todo, procede como si nada supieras.

Comentario (resumen)

La idea de “abrazar la unidad” es importante en el taoísmo; varios comentaristas insisten en que ésa es la traducción correcta de la primera frase del capítulo. También puede ser interpretado como comprender, abarcar la unidad, recorrerla íntegramente, no sólo como lo haría un sabio, sino como gesto de amor y compromiso, más cercano a cualquiera de nosotros.
Para que cuerpo y espíritu estén unidos, se habla de volverse tierno como un niño, y también de alejarse de vanas profundidades, ya que el equilibrio está ante nosotros y en nosotros. Sólo es cuestión de saber observar y entregarse al instante presente, el único que puede ser vivido. El que se dedica a poseer cree poder anticiparse al futuro, desea estar seguro y sin sorpresas, no soporta el cambio; lo que posee lo domina. Vive en el futuro, siempre está en otra parte.
Lao Tse nos da a entender la verdad, secreta no por inaccesible sino porque está vedada a quienes prefieren no verla y no comprometerse con la acción y el cambio.