Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.


Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso.
Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching

Capítulo XIII

miércoles, 12 de septiembre de 2007

La honra y la deshonra son cosas que dan miedo.
La gloria y la desgracia son como nuestro cuerpo.
¿Qué significa esto?
La honra es un privilegio, la deshonra un mal.
Si se los alcanza hay que tener temor,
si se los pierde hay que tener temor.
De un modo u otro permanecemos en el temor.
Luego, la honra y la deshonra son cosas que dan miedo.

Además, al cuerpo debemos nuestra gloria y nuestra desgracia.
Si no lo tuviéramos, ¿cómo nos podrían sobrevenir?

Luego, aquél que considera las cosas del mundo
como considera la gloria de su propio cuerpo, puede gobernarlas.
Y sólo a quien ama el mundo como a su propio cuerpo
se le puede confiar el mundo.

Comentario (resumen)

En las primeras tres líneas, el texto está dirigido en forma dialéctica en contra de la jerarquía y la etiqueta de la China de su tiempo. Muestra la inestabilidad de la gloria mundana y la salud corporal. Luego, en las líneas finales, se refiere al cuerpo como microcosmos y al soberano de cuya conducta depende la suerte del reino. Wang Pi comenta: “Sabio en lo interior, rey en lo exterior; nadie puede alcanzarlo, nadie puede cambiarlo”.

Cuando falta equilibrio, el miedo avanza por delante nuestro, nos paraliza, no nos deja pensar; así tomamos decisiones extremas por su imposición. Aquí se nos propone enfrentar el miedo con pensamiento, contrarrestar el sometimiento con la libertad que aquél nos proporciona. Guiados por el pensamiento, los extremos aparecen como complementarios, y somos nosotros quienes elegimos, no el miedo.
Gobernar la vida a través del pensamiento implica compromiso y amor.
Cuando se ama la vida, se ama al mundo, y no se pierde de vista la unidad.

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