Celebración del Misterio
Míralo: no hay nada que ver.
Llámalo sin color.
Escúchalo: no hay nada que oír.
Llámalo sin sonido.
Trata de cogerlo: no hay nada que agarrar.
Llámalo intangible.
Triplemente indiferenciado,
se funde en la unicidad,
sin brillar por arriba,
sin oscurecerse por debajo.
Nunca, ¡oh!, nunca
puede nombrarse.
Revierte, regresa
al no ser.
Llámalo forma de lo informe,
imagen de lo que no tiene imagen.
Llámalo pensamiento impensable.
Encáralo: no tiene cara.
Síguelo: no tiene fin.
Sujetándonos fuerte al viejo Camino
podemos vivir en el presente.
Atentos a los antiguos inicios
sostenemos el hilo del tao.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo XIV - U. K. Le Guin
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Publicadas por ani. a la/s 8:35 p. m.
Etiquetas: capítulo XIV, versión de Úrsula K. Le Guin
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