Capítulo XVII - U. K. Le Guin

Actuar con sencillez

Los auténticos caudillos
apenas son conocidos para sus seguidores.
Les siguen de cerca los líderes
que el pueblo conoce y admira;
les siguen aquéllos a los que temen;
les siguen aquéllos a los que desprecian.

No otorgar confianza
es no obtener confianza.

Cuando el trabajo se hace bien,
sin quejas ni alardes,
la gente normal dice:
ah, lo hemos hecho.

Nota: este caudillo invisible, que consigue que se hagan las cosas de tal manera que el pueblo cree haberlas hecho por sí mismo, no es el que manipula a los demás desde bambalinas; es justamente lo contrario. Y nuevamente es cuestión de “hacer sin hacer”: un logro confiado, sin competición, sin preocupación, el poder no es fuerza. Un ejemplo o analogía podría ser el del maestro excelente, o el de la auténtica voz que es soporte de un grupo de cantantes.