El Tao no toma partido;
da nacimiento tanto al bien como al mal.
El Maestro no toma partido;
da la bienvenida tanto a santos como a pecadores.
El Tao es como un fuelle:
está vacío y, sin embargo, es infinitamente capaz.
Cuanto más lo usas más produce;
cuanto más hablas de él, menos lo comprendes.
Manténte en el centro.
Algunas de las múltiples versiones de este texto.
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Un espacio para la búsqueda de la sabiduría perenne; un lugar de reflexión para mí y todos quienes lleguen aquí como una posta en su camino personal.
Preguntó el príncipe: ¿Habrá en el futuro, quien pueda aprender y seguir los preceptos del Tao de vida que usted ha escrito en estos pergaminos de bambú?
Contestó el maestro: Por favor, amable príncipe, no te preocupes por eso. Muchas, muchísimas generaciones después, si aún existen buscadores del Tao, hallarán estas enseñanzas.
Hua Hu Ching
Capítulo V
viernes, 4 de mayo de 2007
Publicadas por ani. a la/s 9:51 a. m.
Etiquetas: capítulo V, versión de S. Mitchell
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2 comentarios:
Yo busqué la inmortalidad, y el maestro me dijo que siempre fui inmortal. Y siempre lo seré. Excepto en un determinado segundo de mi vida, en el cual la muerte aprovechará para colarse.
Bienvenido, Jorge.
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